Al caer la tarde , soleada aún , las calles se llenan de
“sombris”,seres sin rostro, que deambulan entre la luz y la penumbra envueltos
en un áura luminiscente que los
distingue de la gran sombra matriz .Seres anónimos, que viven su efímera
existencia en el reverso de la luz hasta que la “no –luz” y la penumbra de la
noche ,vuelvan a bocetar sus rostros y
el nuevo día con su nueva luz , complete
su esculpido humano. Es una nueva resurrección cual ave Fénix que al caer la tarde , el sol de un ocaso
limpio y sin rejas, volverá a
convertir al vulgar y anodino mortal en anónimas
sombras andantes, misteriosos seres arrancados a la oscuridad ,ánimas mortales
vagabundas en un efímero purgatorio ajenas por completo al bien y al mal…
Y así será en el eterno círculo de
los siglos y los milenios hasta el final de la eternidad…
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