¡¡ Ojalá que llueva pronto...!! El cuerpo y el alma piden a gritos que la lluvia purifique el ambiente saturado de tensiones y malos rollos . El bochorno que agobia este inicio del otoño hace que hasta pensar resulte agotador y que los pensamientos fluyan espesos , cargados de pereza y de desgana cuando no de agresividad y mala uva . La magia de la lluvia transforma el mundo y las gotas de agua resbalando caprichosas por los cristales le dan un toque onírico y evocador , incluso al más simple y repateado de los rincones de nuestra cotidianeidad , de nuestro día a día... La lluvia nos carga de evocadoras sensaciones y nos transporta inconscientemente a los más profundos y olvidados rincones de nuestro mundo interior flotando en el etéreo y místico olor de la tierra mojada que , " es hembra y pare", como dijera Hupalupo . La lluvia nos relaja y nos libera de tensiones y nos vuelve a la infancia que jugaba en los charcos de las calles (cuando había "calle" ) o en los remansos del barranco ya sereno. (Cuando habían "barrancos" ). La lluvia , femenina y seductora , que acaricia y nos cautiva , puede , también como mujer, ser destructora e implacable , inmisericorde y despiada... Esperemos que cuando llegue sea como el ser querido que nos abraza y acaricia en un encuentro deseado, después del cruel vacío de una larga ausencia...
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