Subí con mi amigo Lucio Q. a los dominios de El Teide ,
creo que a fotografiar un eclipse de
luna que tendría lugar esa noche . Era el 15 de junio de 2011 Subimos temprano para aprovechar el tiempo hasta la
hora del evento y hacer algunas fotos pese
a que durante la semana habíamos estado sometidos a los rigores de una pertinaz
calima . Pensé que poco de provecho podíamos hacer esa “tarde-noche“ respecto a
conseguir alguna foto aceptable. Pero,¡oh sorpresa!, en las cumbres el polvo en
suspensión,(la calima),casi había desaparecido y la fina película del
indeseable polvillo que aún danzaba en el aire fue un fantástico difusor que
creó una atmósfera etérea, vaporosa ,que desdibujaba sutilmente el contorno del
paisaje en lontananza y lo envolvía en un dorado manto de luz , que me
recordaba no sé cuantas pinturas , de no
sé cuantos pintores de no sé cuantos siglos que había visto en no sé cuantos
museos de no sé qué países de los pocos que he visitado…
Nos habíamos alejado de los habituales recorridos turísticos, lo que me
ofreció captar un entorno que hasta ese momento era inédito para mi. Aunque sin
la textura de aquella luz ,sin duda , nada hubiera sido igual…
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