La lluvia
tiene un fascinante poder evocador que me retrotrae a la infancia. Cuando los
cortos días del invierno eran bendecidos con ella, suaves aromas dormidos
hasta entonces llenaban el ambiente con los perfumes de la tierra
mojada ,de la vieja madera empapada , o de los árboles y
palmas "enchumbados" por el chaparrón... Este "amasijo" de
olores creaba una mezcla de nerviosa excitación y al tiempo una serena sensación
de relax... ¡Crecerá hoy el Barranco... ?, nos preguntábamos intrigados
ante esa posibilidad... Las cañadas cayendo riscos abajo y el
Barranco corriendo , era un espectáculo fascinante ,casi tanto como
un regalo la noche de Reyes, al fin y al cabo, cuando amainara su caudal, acababa convertido en nuestro "parque acuático" donde, por un
breve tiempo, disfrutábamos de ese elemento tan fascinante
y divertido como necesario y escaso ... En estos tiempos que
corren, las lluvias se han convertido en un raro meteoro en El Valle por lo que
el tramo final del barranco lo han travestido en vulgar desagüe ¡por si
acaso...! sin visos de reencarnarse en "centro recrativo"... Los
amagos de lluvia del pasado Febrero, parecían sutiles bocetos de lo que fuera
"llover" años ha ,pero las cuatro gotas caídas bastaron
para que llegar a la vieja casa familiar ,por un momento , despertaran
recuerdos que, al instante, "se perdieron como gotas en la lluvia..."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
"La jambre" hace de la necesidad virtud... ¿ Para qué ir a un parque acuático, cuando puedes tener la diversión gratis en la ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario